sábado, 1 de febrero de 2014

Ultimo beso.


Tengo esos recuerdos de la esquina de tú casa, dónde pasábamos la madrugada sentados conversando de nada, muchos ratos en silencio, disfrutando nuestro cómodo silencio.

Tengo los recuerdos de salir corriendo en busca de las flores para dejártelas en el pelo, para después tirarnos en el jardín y sentirte en el alma.

Llevo tú perfume siempre todavía en todas las mañanas qué deje de verte. Llevo la culpa de haberte dejado ir de mi vida sin decirte qué sólo tú; eras todo en ella.

Tengo el corazón retorcido guapa, siempre la guapa entre las guapas. Se muere algo dentro de mí que pensé qué ya lo habías matado, aniquilado, destruido. Algo muere dentro de mí cómo hace algunos años, muero otra vez con la sola idea de perderte una vez más entre todas las miles.

Enciendo el carro mientras te veo entrar a casa, esa casa que sólo usas en tus huidas de penas de amor algunas temporadas del año, dónde me llamas para contarme cómo otro cobarde te destruye las pocas vidas de gata que dices tener y por cierto ya quedan pocas, lloras en mis brazos, dices extrañarme, me cuentas planes de nuevas huidas para dejar de sentir y terminamos besándonos como cuando niños. Eso si sin trillar la amistad, no se confunde nada me dices, me besas con dulzura como cuando niños, acaricias mi barba, te escondes en mi pecho y me dices qué no cambiara nunca nuestra amistad, que soy tu mejor amigo, me miras a los ojos sin pista de amor y me matas una vez más.
Me dices todo eso, y me joden las nostalgias, me jodes la ilusión barata qué queda en mí, me alteras el sentir y mandas a la mierda ese orgullo qué jamás he usado contigo.

Aún eres la misma muñeca qué no entiende que hubiera dado la vida por ti, porque que te quedes a mi lado, por dejarme que yo fuera tu mago. Aún no entiendes que mientras todos te dejan más vacíos y lagrimas yo hubiera dado todo por soplar vientos a tus sueños de niña mala.

Yo qué siempre digo ya te arranque de mi pecho hace algunos años, yo qué me hago el valiente para no volver amar, yo qué te recuerdo desnuda en mi cama, entre cabellos rizados y olor a mujer. Yo qué ya deberia entender qué sólo seremos los enamorados frustrados, los amigos de siempre, los compañeros de aventuras, tu mejor amigo, tu peor amante( como lo dices siempre) yo qué ya tengo todo planeado para ser feliz sin ti, estoy aquí sentado en mi auto sin poder irme, pensando en este beso qué pareció el último, yo qué por primera vez siento que te pierdo a pesar que nunca te tuve, yo que por primera vez siento miedo de no volver a verte.

No se si sea una más de tus escapadas normales o sea en verdad que te vas para siempre, yo qué había olvidado qué era llorar, lloró por todos los hubieras qué ya no se darán.

Yo qué te quiero decir que te tengo mil besos guardados, qué te quiero, qué te quiero siempre, siempre todavía, y para siempre mi guapa, mi guapa entre todas las guapas. Yo qué prometo pasar nuestro último año juntos diciéndote qué no te amo, qué nunca te ame, yo qué te pediré qué duermas conmigo e intentes sentir amor, para poder guardar un recuerdo en mi alma aunque jamás existió.

Esté beso me deja todo confuso, las mismas dudas de saber porque mis brazos son el mismo lugar dónde vienes a llorar cuándo alguien te rompe el corazón, porqué mis besos son los únicos qué según tú te hacen sentir mejor. Entonces guapa cuándo dirás qué también me amas y dejaras de empezar mil veces más sin mi, cuándo dejaras la adicción a patanes, a tipos de mierda, a amores baratos y al fin te quedarás aquí, en mi cama, en mi vida, en todo de mi. Te quiero siempre, siempre en ti y jamás en mi, creo.

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